Una Gigantesca amistad


Todos los años, en primavera y en invierno la costa de Maldonado recibe la visita de la Ballena Franca Austral, estas se dirigen camino al sur a la zona de procreación y cría, aprovechando la protección natural de la Bahía hacen una parada en su viaje para descansar y alimentarse antes de continuar.

La especie se encuentra protegida al correr riesgo de extinción ya que durante siglos se ha diezmado su población, actualmente se estima que sólo existen unos 3.000 ejemplares.

Otrora la corona española instaló la Real Compañía Marítima con el fin de explotar los recursos marinos siendo esta ballena uno de sus principales productos, quedan aún vestigios de construcciones españolas en la Isla Gorriti donde se procesaba el fruto de la caza; Afortunadamente son pocos los países que continúan con esta tan recriminable actividad.

La Ballena Franca Austral encuentra hoy día reparo y descanso en nuestras aguas, Octubre y Setiembre son los meses con más avistamientos pero también es posible observarlas en su paso en los meses de invierno.


Eubalaena australis, es su nombre científico, llegan a medir unos 17 metros de largo y pesar unas 60 toneladas, se distinguen entre otras por la formación de callosidades claras en la parte superior de su cabeza y carecer de aleta dorsal.
A la hora de observar uno de los rasgos más distintivos es el soplido es forma de “V” que formas al expeler vapor al respirar en la superficie.

En Punta del Este existen muchos puntos naturales que permiten la observación de ballenas, lobos y aves marinas pero también se encuentran estratégicamente ubicadas 3 plataformas de avistamiento, uno en el lomo de Punta Ballena, el segundo en Piedras del Chileno y el tercero en la Península misma.

Estas gigantes viajeras de carácter apacible surcan nuestras aguas llamando nuestra atención y admiración, cuentan las historias que la visita cercana de las ballenas a la costa eran un augurio de prosperidad… tal vez así sea.